El amor y la pareja: reflexiones desde la consulta

terapia de pareja en Jerez-Ilustración Giulia Rosa

En mi experiencia como psicóloga especializada en terapia de pareja en Jerez de la Frontera, suelo encontrar una pregunta recurrente: ¿cómo construir una relación de pareja sana y duradera?

El amor, como señalan Feliu y Güell, no es solo una emoción, sino una construcción que requiere tener en cuenta el bienestar del otro, el propio y, muy importante, la preservación de la individualidad. Amar implica respetarse a uno mismo y respetar a la pareja, buscando un equilibrio que haga que la relación sea justa y recíproca.

Pero lograr ese equilibrio no es fácil. Mantener una relación de pareja requiere esfuerzo, compromiso y una gran dosis de realismo. No existen parejas completamente felices ni completamente conflictivas; la mayoría de las relaciones transitan entre esos dos polos. Por eso, es fundamental desarrollar habilidades que nos permitan adaptarnos a los aspectos de nuestra pareja que quizá no habíamos previsto al comienzo.

En muchos casos, cuando las dificultades aparecen, surge la duda: “¿Me habré equivocado al elegir a esta persona?”. Pero es importante no tomar decisiones precipitadas. A veces lo que necesitamos es detenernos y observar qué está ocurriendo, cómo nos estamos comunicando, qué estamos esperando del otro y de nosotros mismos. A través del trabajo terapéutico, podemos comprender mejor tanto las dinámicas que fortalecen como las que debilitan una relación.

Cuando dos personas empiezan a convivir, es muy común que aparezca cierta dependencia emocional. Sin darnos cuenta, podemos empezar a perder nuestra individualidad, y esto a la larga genera malestar. Por eso insisto mucho en la importancia de mantener espacios propios, cultivar intereses personales y no perder de vista quiénes somos fuera de la pareja. Una relación entre personas independientes suele ser mucho más satisfactoria con el paso del tiempo.

Conservar esa individualidad no significa alejarse, sino encontrar un equilibrio saludable: seguir sintiendo atracción por la pareja, cuidar sus necesidades, pero sin dejar de atender las propias.

En consulta veo con frecuencia que muchos problemas de pareja surgen por evitar los conflictos. Pensamos que, si no hablamos de lo que nos molesta, todo irá bien. Pero esa evitación solo alimenta la insatisfacción emocional. Los problemas no desaparecen por sí solos. También sucede que uno de los dos espera que el otro cambie, sin asumir la propia responsabilidad o revisar su parte.

Cuando el clima emocional se vuelve tenso o distante, es fácil buscar refugio fuera de la relación: el trabajo, una amistad, incluso una relación paralela. Todo esto puede ser una forma de compensar lo que no se está afrontando dentro de la pareja.

Otro error común es creer que el amor debe durar “mientras dure”, como si fuera algo mágico que se sostiene sin esfuerzo. Lo cierto es que el amor no se acaba al mismo tiempo para ambos, y cuando uno decide marcharse y el otro no lo espera, el sufrimiento es inevitable.

Muchas personas llegan a la convivencia con ideas equivocadas: creen que los problemas se resolverán solos con el tiempo o que el amor lo puede todo. Pero estos pensamientos, aunque comprensibles, no reflejan la realidad. La vida en pareja necesita implicación, escucha, empatía y una actitud activa para crecer juntos.

Como psicóloga, sé que muchas parejas podrían reencontrarse si tuvieran un espacio donde poder mirar su relación con otros ojos, entender lo que les ocurre y aprender nuevas formas de comunicarse. En ese proceso, siempre hay algo que trabajar y algo que recuperar, si ambos están dispuestos.

Ilustración: Giulia Rosa

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